Consumo televisivo: Una representación del «status»

El contenido expuesto en televisión y su relación con el consumo de los televidentes, forman parte de una representación de status. En este sentido es posible decir que detrás de lo  visto  a través del medio en cuestión, existen diversos tipos de gustos y apreciaciones del público; las cuales al momento de ser expresadas públicamente configuran formas de clasificar y «estratificar» socialmente a los televidentes.

Existen diversas manifestaciones que trascienden a evaluaciones comunes  estéticas,  un ejemplo de esto tiene relación con la definición o representación de valores morales o intelectuales, por medio de los tipos de programas consumidos, como es la decisión de ver un programa «documental» o científico versus aquellos denominados como «realitys» o shows juveniles. A su vez el contenido esta dirigido para sectores específicos de la sociedad, reproduciendo y acentuando dichos gustos; así la problemática se puede comprender de manera relacional entre el consumo y el contenido presentado, mas allá de una relación causal entre estos. Los estudios culturales se posicionan como un marco de análisis pertinente, para el estudio de las audiencias; Morley con sus estudios de consumo televisivo. Por otro lado la comprensión del contenido puede ser analizado desde la Teoría de la “agenda seting”.

De esta manera este tipo de decisiones forman una imagen respecto de los gustos de los televidentes, y a la vez cierta configuración de lo moralmente «bueno o «malo», además de estigmatizaciones de lo «superficial» y «profundidad o contenido». Así, no me es posible concebir a los consumidores o televidentes como actores pasivos de recepción, ya que existen instancias de elección y reflexión, frente a lo expuesto. Así el consumo televisivo es posible de visualizarlo como un reflejo o representación de estructuras o categorizaciones sociales.

5 Responses to “Consumo televisivo: Una representación del «status»”

  1. pedro.varas Says:

    Concuerdo totalmente con lo expuesto, en cuanto a que la estructura de pensamiento de las personas, su desarrollo personal, sus motivaciones y gustos, no solo se deben a un desarrollo de las personas pensadas aisladas de su medio, sino que la personalidad de estas y sus preferencias deben ser comprendidas como una construcción que se encuentra mediada por diversos factores personales, familiares, sociales y culturales.

  2. catalina.poblete Says:

    No me convence que el consumidor sea un actor activo ya que según lo escrito él escoge ver los programas que tienen relación con su habitus, entonces para mi eso no significa que sea un actor activo porque los productores al crear un programa, reality,lo que sea, estaban pensando en el perfil del cliente, por lo que está todo escrito, sigue el programa que fue pensado para él.

  3. daniela.cifuentes Says:

    Creo al que no me puedo tragar el argumento de que el consumidor sea un actor activo, ya que pienso tenemos que tomar en cuenta que tan variada es la parrilla programática “para todos” de la televisión abierta. Digo para todos por que eventualmente la mayoría de los chilenos no tiene acceso a la televisión por cable donde si se trasmiten una variedad de programas culturales y un sinfín de reality show, en la televisión abierta los horarios pick en donde la gente se sienta a ver televisión es generalmente el horario de regreso a su hogar después de un día agitado de trabajo donde prende el televisor y si hay variedad programática es solo variedad de estupidez, por ende ¿en ese horario solo se trasmite programas de televisión para personas con un habitus estúpido? Por ello la única solución que tiene es actor supuestamente activo es apagar su televisión de 5 canales , cosa que es muy probable que no lo haga y esperar el domingo en la tarde (hora de siesta) y ver la cultura entretenida ¿un poco irreal o no?.

  4. catalina.martinez Says:

    Es interesante la discusión sobre si las audiencias son activas o pasivas, me inclino a pensar que hay un trabajo de reflexión acerca de lo que se quiere o no ver, ya que, hay una “parrilla televisiva” que incluye una gran diversidad de contenidos: programas informativos, de entretención, culturales, documentales, etc., que posibilita una elección racional dependiendo de las preferencias, preocupaciones y porqué no el gusto del televidente. En este sentido podemos hablar de la preexistencia de un habitus que guie nuestras elecciones, pero desde ese marco ¿qué tanta libertad tenemos de escoger, si nuestras preferencias dependen del lugar que ocupamos en la sociedad?

  5. catalina.soto Says:

    Es necesario que se tenga un analisis relacional de los medios, es decir que se comprenda el rol de los sujetos y de los medios en la contrucción de la realidad social. En este sentido, al hablar del consumo televisivo como una forma de representación del status, es importante tambien hacer estudios respecto de las lineas editorial, principalemnte en lo que son los procesos de edición.

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