Pobre Edmundito…. ¿o no?
Si pensamos, diariamente hay alrededor de 4 programas de 3 horas cada uno, varias paginas de diario y por su puesto, miles de paginas web dedicadas exclusivamente a analizar, esclarecer y detallar las diversas situaciones y personajes de la farándula. Es harto o no?
Pero para qué vamos a negar qué es divertido, jugoso y casi adictivo ver que pasa en la vida de estos famosos y sus alocadas anécdotas.
Muchas veces he pensado que nosotros vemos y leemos estos sabrosos rumores por el solo hecho de que nos entretiene y que nos aleja un poco de nuestra realidad.
Pero me he planteado seriamente que no tiene nada de inocente ni divertido este mundo llamado “farandulandia”.
En primer lugar, vemos los efectos desastrosos que tiene este mundo para los espectadores; sobre todo para esos niños o también “adultos” que sueñan con salir en un programa y mostrar sus lindos cuerpos aunque sea solo por algunos segundos.
Por otro lado, lo poco sano que se convierte ser parte de este circulo y los efectos aun mas funestos que es “ser” la figura del momento, que muchas veces no dan mas con su “fama” y con la presión que conlleva estar en ese mundo.
Encuentro un poco nefasto ser el producto del cual se debe vender.
Como dice Katz y Lazarsfeld (1979) en los estudio sobre los efectos de los medios se había desarrollado desde una perspectiva bastante simple, ya que la realidad es que no existe un único efecto de los medios, sino una diversidad de interacción de los mismos. Encontrándonos su influencia, desde la dimensión interna individual, como la creación y potenciación de actitudes y valores.(1)
Y entonces …¿qué importa realmente como se siente ese Edmundito o esa Arenita que sueñan con ser alguien en la vida, y que sabemos que después de un año no van vender y van a ser sacados de la preciada pantalla?
… pobrecitos o no?
(1) KATZ, E. y LAZARSFELD, P. (1979): La influencia personal. El individuo en el proceso de comunicación de masas, Barcelona, Hispano-Europea.
abril 15th, 2009 at 20:27
Resulta difícil saber por donde comenzar el comentario: ¿por las ansias de sobre exposición de la «farándula»?, ¿por el voyerismo de los televidentes?, ¿lo «curioso» que és que cause tanta conmoción la pelea discotequera del fin de semana? El tema da para una gran discusión pero en esta oportunidad quisiera relevar la necesidad de llamar la atención y de ser vistos de muchos protagonistas de la farándula criolla, aunque eso signifique agredir a un carabinero, agarrase a combos en un evento o «quitarle» el pololo a otra mujer. ¿Qué tan «pobrecitos» son estos personajes capaces de hacer un sin fin de shows con tal de obtener una portada o unos minutos en un programa?
abril 15th, 2009 at 21:29
Creo, que este tema da para largo , sobre todo si nos ponemos a pensar que cada dia, la television Chilena le da mas cavida dentro de su parrilla televisiva a estos temas de la Farandula criolla, lo podemos observar a traves de los matinales que se emiten en las mañanas por los distintos canales nacionales, como tambien a los programas exclusivamente dirigidos a este tema, es a partir de esto que me hecho la pregunta, ¿De que tan voyerista es el televidente nacional?, porque mal que mal, somos nosotros los que le damos cabida a estos programas de television, apoyandolos con la audiencia y comentandolos en nuestros ratos libres.
creo que la pregunta que nos podriamos hacer, es ¿Que efectos producen los medios de comunicacion sobre estos personajes faranduleros? creo que la respuesta es mas o menos simple, ellos darian todo por aparecer cinco segundo de sus vidas en estos programas con el fin de ser reconocidos por los demas.
abril 15th, 2009 at 21:34
Más que pobrecitos ellos que tuvieron su pequeño momento glorioso de fama, y que era lo que estaban buscando, pobres los espectadores, y porqué no decir «nosotros» que igual estamos al tanto de lo que ocurre en la farándula y por eso cada vez surgen más y más de estos personajes y es a través de este proceso de retroalimentación que estos personajes se van volviendo más fuera de sí.
Creo que es un circulo vicioso porque es verdad no tiene nada de malo mirar farandula, pero al mismo tiempo le estamos dando una sobre importancia a personas que de verdad no hacen nada extraordinario, solo que son conocidos por todos.
abril 15th, 2009 at 21:54
estoy muy de acuerdo con que es un circulo vicioso, como que no se sabe si son victimas de este sistema o victimarios. Mi idea era esa con respecto a este post, escrito un poco en tono de ironia. 😉
abril 15th, 2009 at 22:06
Mi padre siempre dice «la culpa no es del cerdo, sino del que le da el afrecho». Creo que en este tema su dicho es muy congruente. Sí es demasiada la cobertura que se le da en la televisión (y en otros medios de comunicación de masas en general) a la farándula, por lo menos es mucho más del espacio que se le da a programas culturales y/o educativos. Pero lo que dan en la televisión es un simple juego de oferta y demanda. Si hay 4 programas al aire de 3 horas cada uno ventilando la vida de los “famosillos” es sencillamente porque hay gente que los ve (siendo que creo que a nadie de los que ven esos programas le afecte o le beneficie en algo lo que hagan o dejen de hacer estos personajes). Mientras sigan teniendo una buena audiencia seguirán teniendo cobertura este tipo de espacios, no es algo de programación, es algo de cultura, y digamos que una importante parte de la sociedad chilena se divierte más escuchando los cahuines de los famosos que viendo un reportaje educativo. Entonces no es de extrañar que la televisión de tanto espacio a la farándula, si estos programas no tuvieran un buen ratings simplemente no existirían.
abril 16th, 2009 at 10:01
Sin duda, la amplia presencia de los programas de farándula en las parrillas programáticas se debe a los altos niveles de rating de éstos. Sin embargo, no sólo deberíamos preguntarnos por los contenidos que los medios nos entregan, sino que también acerca de los “usos” que las audiencias le dan a aquellos. ¿Qué le entrega a dueña de casa, al estudiante (o a quién sea) la información sobre la vida personal de los famosillos? Claro está que ninguna utilidad en términos prácticos, pero si algún tipo de “gratificación” en términos de Katz: ¿Será por entretención, ocio, o sólo falta de alternativas?
abril 16th, 2009 at 12:11
Considero que otra pregunta que podríamos hacernos con respecto al tema es: ¿Qué impacto tiene sobre los espectadores la exposición de la vida privada de Edmundo?. Esto en el sentido de que si consideramos la noción de “Relaciones de intimidad no recíproca” de Thompson, nosotros, los televidentes, de cierta forma creamos este tipo de interacciones con la figura de Edmundo (como con tantas otras), ya que al poder ver a través de las pantallas cada una de sus andanzas, sus vulnerabilidades, sus defectos y virtudes, llegamos a creernos íntimos conocedores de su persona. Es así como nos sentimos con el poder de criticarlo o alabarlo, pues nos autoconvencemos de que “lo conocemos” en profundidad, casi como si estuviéramos hablando de una relación que se ha establecido “cara a cara”. Este fenómeno se produce gracias a la cercanía que nos genera la televisión con aquellos personajes, sin recordar que lo que vemos es lo que los medios deciden mostrar de cada uno de ellos y no necesariamente lo que verdaderamente son.
abril 16th, 2009 at 23:13
María José, buena aplicación del concepto. Exacto, la TV chilena de hoy plantea estas relaciones de intimidad unidireccionales, las cuales bordean todo pudor. Piensa en Luis Jara y cómo la gente «lo quiere». Los conflictos que tienen estos personajes al interior de la TV se mezclan en la mesa de cientos de compatriotas. «Y ahora tan bien que está con el Kike…..etc.»