Dependencia Móvil Adolescente

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A través de los contenidos de la cátedra y las temáticas propuestas en este blog, ha quedado de manifiesto el rol central que ocupan los medios de comunicación en la configuración de nuestras vidas. El internet, la televisión, la telefonía móvil y las nuevas tecnologías forman parte de nuestra cotidianeidad, especialmente de las nuevas generaciones.

Cifras publicadas por La Tercera afirman que 34% de los jóvenes chilenos entre 14 y 18 años poseen celular. El contínuo crecimiento de éstos números indicarían que, al parecer, “existiría una cultura juvenil que halla en la comunicación móvil una forma adecuada de expresión” (Castells et al, 2007).

El celular se constituye como un medio para organizar las actividades de la vida diaria y construir el entramado social. Gran parte de su atractivo radica en permitir la realización de un sin fin de actividades: enviar mensajes de texto, recibir y realizar llamadas, jugar, escuchar música y conectarse a internet, además de la posibilidad de estar siempre contactable. De manera similar, se ha convertido en una forma de expresión del estilo personal (Oksman, V. & Rautiainen, P., 2002) a través de la implementación de accesorios tales como carcasas y fundas protectoras con diferentes motivos, pero particularmente a partir de la elección del ringtone. Así, la personalización del celular permite manifestar preferencias particulares como gustos musicales, incluso la pertencia a “tribus urbanas”.

Estas características convierten al celular en el fiel compañero de millones de adolescentes. No es raro chocar en la calle con algún escolar que camina distraído mientras escribe en su celular o escuchar un reggeaton de ringtone en el cine. De esta manera, este aparato se configura como una herramienta necesaria e indispensable: “Con mi móvil tengo toda mi vida en la palma de mi mano. Es muy importante para mí y lo cuido mucho”, cuenta una joven finlandesa de 16 años en un estudio realizado en el año 2002. Así, se vislumbra como la dependencia es un factor fundamental en la relación adolescente-celular.

Considerando lo anteriormente mencionado, surgen distintas interrogantes pudiendo destacar: ¿Cómo evolucionará la relación de dependencia entre los jóvenes y sus celulares? ¿Cómo se veran afectadas las interacciones y las relaciones interpersonales de esta generación?

 

Referencias Bibliográficas

Castells, M. et al. (2007). Comunicación Móvil y Sociedad: una perspectiva global. Editorial Ariel.

Oksman, V. & Rautiainen, P. (2002). “Toda mi vida en la palma de mi mano. La comunicación móvil en la vida diaria de niños y adolescentes”. Revista de Estudios de Juventud. Vol. 57 pp 25-32. Universidad de Tampare. Finlandia

www.icarito.cl/medio/articulo/0,0,3255_5726_111366853,00.html

6 Responses to “Dependencia Móvil Adolescente”

  1. matias.morales Says:

    Supongo que ya todos conocen esta promo:

    Conversa por Messenger, lee tus emails de Hotmail y sube fotos a Spaces, como si estuvieras en tu computador pero ahora desde tu Entel PCS, desde $490. Puedes descargar la nueva aplicación Windows Live desde el portal de Entel PCS directo a tu móvil y luego instarla en tu teléfono.

    Concuerdo con lo que planteas respecto del papel del celular como un nuevo medio para organizar la vida social de los más jóvenes. Pero considero que existen formas diferenciadas por las cuales los jóvenes se relacionan con este medio, hay matices que se hacen necesarios analizar. Por eso pongo el ejemplo del messenger, ya que con la entrada de esta promo – y quizás cuando el internet sea gratis (lo cual lo veo muy probable) – se distancien aún más las relaciones cara a cara. Por tanto, ya no sólo esta el mensaje de texto, la llamada a la polola, la música con alto parlante, etc., sino que se agrega esta presión de estar conectado a todo momento, aún cuando puedas estar estableciendo relaciones cara a cara. Un buen ejemplo es el comercial del caso del jóven bailando en la disco mientras manda un mensaje de texto a su amiga diciendo «nos juntamos en tal parte…» (no se si en verdad le dice eso, al que vio el reclame que lo rectifique… gracias).

  2. cristobal.garcia Says:

    Estoy de acuerdo con lo que plantean ambos, pues bien los jóvenes están gran parte del día conectados, no solo con el uso de sus celulares sino que además con el uso de Internet, especialmente con Facebook y messenger. Sin embargo, no creo que el uso de estas prácticas afecte las interacciones cara a cara, ya que estos tipos de interacción móvil abren una nueva posibilidad de comunicación entre las personas, pero no modifica por completo nuestras relaciones interpersonales. En este sentido John Thompson sostiene que ocurren paralelamente relaciones tipo cara a cara y relaciones mediáticas, en donde una es copresencial y la otra es por medio de usos técnicos, sin estar necesariamente presente.

  3. juanpablo.galaz Says:

    Las cifras que citas de La Tercera son interesantes, aunque me llama la atención que no menciones el resto de los resultados que arroja.
    Si bien el 34% de los jóvenes de 14 a 18 años posee un celular, los procentajes de los segmentos mayores aumentan; 59% en el segmento de 19 a 24 años posee un celular y un 58% en el de 25 a 32 años.

    La pregunta que me hago es la siguiente:
    ¿Estaremos estigmatizando a los jóvenes?

  4. camila.sierpe Says:

    En primer lugar, no se si dependencia es la palabra exacta para definir esta relación entre adolescentes y sus móviles. Lo que sí creo es que es distinta su forma de relacionarse con esta tecnologia debido a que ésta ya existia cuando ellos nacieron, por lo que siempre desde pequeños convivieron con los celular, ya sea en un principio porque sus padres lo tenian y después porque ellos mismo tuvieron uno. Es decir, no es lo mismo para gente un poco mayor que vivio bastante tiempo sin la existencia del telefono móvil, que para la gente más jóven que nunca ha vivido sin él

  5. jennifer.dowding Says:

    Concuerdo con que existen otros medios para organizar la vida social de los adolescentes y que no son el único grupo con cifras interesantes al respecto. Sin embargo, me pareció que eran un grupo importante de abordar por que, como dice Camila, han crecido con un celular en la mano y probablemente su impacto sea mayor que en las generaciones posteriores. Por otro lado, si creo que se ven influenciadas las relaciones interpersonales cara-a-cara, aunque no exclusivamente en un sentido negativo. Quizás el uso del celular es incluso un facilitador para organizar encuentros.

  6. Daniel Quinteros Says:

    La verdad es que me cuesta tener una mirada más amigable con el uso de la telefonía celular. Creo que si bien tiene algunos beneficios que son innegables (la comunicación a distancia, la personalización, etc.); falta avanzar todavía en la regulación social del uso de estos aparatos.
    Diversas situaciones de comunicación cara a cara son interrumpidas por el asalto de un ringtone. Hay numerosos ejemplos de esto, desde las mismas clases por ejemplo (o peor aún, una prueba!), hasta interrumpir sagradas situaciones de intimidad.
    Las comunicaciones cara a cara se ven hoy tensionadas por la irrupción de un nuevo avance tecnológico, por lo que me parece importante concentrar la atención en las estrategias culturales que irán paulatinamente generando normas sociales frente a sus múltiples usos y aplicaciones.

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