Al
respecto, Novasur,
del Consejo Nacional de Televisión, aparece en
Chile como una de las iniciativas más desarrolladas.
Transmitido vía cable en Santiago y vía
satélite en regiones, Novasur ha logrado instalar,
no exenta de dificultades, un sistema de entrega de
contenidos educativos en las escuelas como apoyo a la
labor docente. Su encargada de programación,
la socióloga Soledad Suit, ha
sido testigo, por un lado, de una gran valoración
del proyecto en el sector educacional, pero por otro,
de la resistencia cultural a usar nuevas tecnologías.
Ligado a este último punto,
la doctora en educación y profesora titular
de la Universidad Católica, Paulina
Domínguez, quien también asesora
a Novasur, ha desarrollado un modelo que da cuenta
acerca de la relación entre medios y educación.
Un nuevo aprendiz, sensible y relacionado con un complejo
entorno mediático contrasta hoy con un profesor
que no ha incorporado los medios audiovisuales ni
al aula ni a su visión pedagógica del
mundo. Urge la formación de un docente que
ayude a los aprendices a interpretar los medios y
a encontrar la información en su camino personal
al conocimiento. Dentro del paradigma de la televisión
educativa, Ana María Egaña,
directora de la productora AQUIS GRAN, se ha dedicado
durante años a la creación de ficción
educativa. Un formato limpio y didáctico, según
su visión, para transmitir mensajes formativos,
no sólo en lo cognitivo, sino también,
en lo valórico. Al respecto, la serie “Serpentina”
fue y será siempre un buen ejemplo de ello. Para terminar, la argentina Inés
Dussel, de FLACSO,
ha desarrollado, con el respaldo de la Fundación
Ford, una novedosa y dirigida experiencia con la producción
de una serie de documentales de alto contenido humano
y democrático, la colección “Iguales
pero diferentes, nuevos medios para el tratamiento
de la diversidad en las escuelas”.
Estos fueron distribuidos gratis en todas las escuelas
públicas de Buenos Aires junto a guías
para la capacitación docente en el uso de los
videos. |