Lenguaje y tiempo son conceptos que hoy parecen no ir a la mano.
No hay tiempo para reposar en el lenguaje. Ni tampoco para reproducirlo
de manera coherente. Internet, la televisión, los nuevos
medios, los multimedios; de nada sirven si no tienen un lenguaje,
o al menos, si no tienen a la cultura oral o escrita de referente.
La gente está muda. Y si habla, relativiza todo. No hay
gestalt para nuestras intenciones comunicativas. Parece
cada vez más evidente la atrofia del hipocampo y el retorno
hacia a la amígdala, citando al filólogo César
Cuadra. (A altísimos niveles de información, surge
una mente telúrica: rebota en sus límites como
un robot en corto circuito).
El 2004 fue un año dedicado a dos tipos particulares
de lenguaje, pero que están íntimamente involucrados.
Por un lado, el lenguaje audiovisual y, por otro, el lenguaje
electrónico. En ambos casos, el Centro EAC, Artes de
la Comunicación de la Universidad Alberto Hurtado se
hizo presente. Uno de ellos fue nuestra presencia en el VI
Salón y Coloquio Internacional de Arte Digital en
La Habana para lo cual viajó quien les escribe a presentar
este medio electrónico; y otra, fue la organización
del Primer Seminario Internacional de Lenguaje Audiovisual
y Aprendizaje que tuvo lugar a fines de noviembre en el
Archivo Nacional. Ambas experiencias están ampliamente
cubiertas en esta quinta edición de EAC MAGAZINE con
toda la batería multimedia que tenemos a nuestro alcance.
En Chile estamos introduciendo
tecnología en las escuelas y universidades. Pero sin
lenguaje. Se hace equivalente tecnologías de la información
con más y mejor comunicación. Y lo que muchas
veces produce esta ecuación es menos comunicación
y ausencia de lenguaje. Ausencia de una construcción
social de las redes que creamos. Tecnología sin lenguaje.
Tecnología muda. Interactividad como maniático
gesto de apretar botones y no como diálogo. Sólo
ruido y anarquía de colores. Antes que los estudiantes
hablen inglés, es necesario que sepan hablar su idioma
nativo y leerlo. Antes que tener correo electrónico,
es necesario que tengan una postura crítica frente
a los medios. Que sepan cómo discriminar un comercial
de televisión y que sepan perfectamente qué
es lo que les tratan de vender cuando ven televisión.
Que ellos puedan elegir. Que puedan realizar un ejercicio
cognitivo completo y que sus mentes no se conviertan en el
recipiente del excedente mecánico del mercado simbólico.
. Jorge Hernández Cerda
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