TV: Una Apología

Para agitar las cosas un poco de blog, se me ocurrió apelar a su poquito de controversia.

 

Lejos el tema más exitoso dentro de éste blog ha sido la caja tonta, basta aplicar el scroll down y leer testimonio tras testimonio, enumerando razones por las que no deberíamos seguir alimentándonos con tanta basura. Pues bien, puede sí haya motivos para defender la televisión: y es que nos da un encuadre para relacionarnos.

 

La televisión nos une… suena como una cursilería infinita, pero en un sentido estructural tiene bastante sentido. La sociología del individuo es la tendencia que la lleva para entender los porqués; y si hay un libro que veo cada vez más y más citado es el Bowling Alone de Robert Putnam, que describe, precisamente, la caída de la asociación comunitaria. En una sociedad donde a las personas se les incita a desarrollar intereses propios e individuales, y el consumo se perfila a través de las tendencias, la gente pierde el suelo común necesario para relacionarse con otros. Nuestra sociedad consta, parafraseando a Bauman, de islotes de semejanza en un océano de diferencias.

 

¿Esas historias de farándula descocada, chistes vulgares y morbo? Resulta que proveen de un contexto. Basta pensar en todas situación social incómoda, rodeado de descocidos, en la que el último gaffe de la Romina Salazar (o quien sea que la esté llevando), o la posibilidad de que la famosa isla sea un purgatorio (o son todos robots, o son… ¡No!¡Son robots en el purgatorio!) salvó el ambiente. Criados en el individualismo, despreciamos todo lo que venga con el “de masas” como adjetivo. Y sin embargo, las barbaridades de la TV, como un ritual al que todos asistimos, provee de un balance para la interacción que ya no se consigue con la religión o la política.

 

Criticar a la TV es un ejercicio con una tradición de más de cincuenta años que partió con el bueno de Horkheimer, y que vió su localización en las tiras de Mafalda y los textos de Pablo Huneeus. Y bien poca ha sido la variación de lo que se critica. Ya sería hora de ir buscando nuevas perspectivas que aporten algo distinto.

5 Responses to “TV: Una Apología”

  1. javier.villar Says:

    interesante lo que esbozas , pero según ´tu ¿ en que momentos nos une la TV? eso no lo desarrollastes

    saludos

  2. cristobal.garcia Says:

    Desde un punto de vista social la televisión nos une, pues bien todos los días se muestran programas que revelan información controversial o programas que sirven para “entretener” que son comentados o criticados por una audiencia homogénea.
    En este sentido la televisión aporta muchos temas que bien pueden incluir a la religión o la política, de esta manera cumple con su función de medio de comunicación cuyo principal rol es informar acerca de diversos temas. Sin embargo los medios de comunicación como Internet o los diarios también pueden aportar en la interacción social, en el sentido de unión, puesto que igual informan sobre diversos tópicos, aun cuando sea la televisión el medio más preferido al momento de informarse.

  3. felipe.gonzalez Says:

    Me parece muy acertada la idea de que la TV nos da un “encuadre para relacionarnos”. Tal vez, este contexto común al que casi todos pueden acceder se constituye en una de las pocas “funciones” que cumple la TV, algo que dista mucho de las típicas exigencias que se le realizan en tanto que “medio educador” y/o “promotor de la cultura”, exigencias que, dicho sea de paso, se alejan bastante de la realidad que podemos ver día a día en la pantalla. En definitiva, si un medio como la TV logra proveernos de un encuadre relacional (algo no menor), ¿por qué pedirle cosas que simplemente no le interesa (o no puede) entregar?

  4. nicolas.bonnefoy Says:

    Javier y Cristobal: No capto del todo sus comentarios. El tercer párrafo (cuarto si cuentas la frase de introducción) es entero dedicado a ejemplificar la TV como punto de interacción. En cuando al aporte de Internet a la interacción, ciertamente existe. El problema es que Internet se basa en la elección individual y el desarrollo de gustos personalizados con su programación a la carta. Quizás no se note tanto entre nosotros, pero basta con mirar hacia las nuevas generaciones: tan concentrados están en marcar la diferencia mediante gustos y elecciones, que difícilmente hay un choque.

    Felipe: buena observación. Pienso que tiene mucho que ver con el cómo es definida la cultura por los medios que nos traen la misma «cultura entretenida». Como vimos en políticas publicas y otros ramos similares, cuando se implementa un programa o proyecto, se define alrededor de las concepciones que tienen los que están aplicándolo. Lo que nos lleva a que los programas pro-cultura son planeados según definiciones de lo culto como elevado, como los hitos de la historia occidental; en otras palabras, la «ALTA cultura entretenida». Aplique Bourdieu a gusto y sírvase.

    Un cambio de paradigma implicaría dejar la concepción de cultura heredada de las elites implicaría aceptar la definición que usamos los sociólogos y antropólogos: cultura como la totalidad de lo que individuos piensan y hacen en su vida cotidiana. Quizás ese sea el primer paso para revisar los programas orientados a acercar lo que siempre estuvo distante.

  5. cristobal.garcia Says:

    Nicolás; mi comentario apuntaba a que existen otros medios de comunicación que nos unen , en cuanto a la interacción social, como los diarios, la internet o la radio en donde se ofrecen diversos temas, al igual que la televisión, que todos nosotros incorporamos en nuestras conversaciones cotidianas. De esta manera los medios de comunicación ofrecen un amplio repertorio de programas que el usuario puede ver, dependiendo del interés que este tenga para él.

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