Twitter y Facebook: Redes de ayuda desinteresada

Toyota Yaris – (cc) Brian Snelson

En las redes sociales hay de todo. Ya llevo un tiempo en esto de transmitir y recibir información por medio de Facebook y Twiiter, y realmente me ha servido en variadas ocasiones cuando necesito datos o ubicar algunas cosas puntuales.

Siguiendo entonces con los «casos personales«, esta vez contaré dos historias que quizás han pasado sin mucha importancia en mi vida, pero que sin duda pueden graficar que las buenas prácticas en Twitter y Facebook  pueden ayudar a otros en búsquedas importantes para sus vidas.

Ser prejuiciosos no ayuda, ¿o sí?

Una noche de abril pasado (sí, mi abril estuvo movido este año. Si no sabe porqué lo digo, lea aquí), iba manejando por Providencia hacia el oriente, cuando en el semáforo de Av. Andrés Bello con Ricardo Lyon, un Toyota Yaris, con cinco «malandrines» arriba, me pidió ponerse en mi pista antes de que yo avanzara.

Mi impresión fue la siguiente: “¡Estos flaites se robaron el auto, obvio!”. Demás está decir que mi actitud fue bastante prejuiciosa, pero realmente sus aspectos y conductas no daban mucha confianza y algo me dijo que la situación no estaba bien.

En ese momento, agarré mi celular y busqué en Twitter la patente del auto «WR 3941» y para mi «no-sorpresa», encontré un anuncio: «Me robaron las dos placas patentes de mi auto. WR3941. Si se mandan un ca**** no fui YO!!!!! 1 2 3 por mi y por todos mis compañeros!!»

Inmediatamente, le escribí a Esteban (hoy, un twittero con el que tengo harta simpatía) y le dije que sus patentes «ahora están puestas en un yaris sedan blanco, subiendo por Andres Bello a la altura del Pte. Lyon!». Así, él me preguntó qué había pasado y le comenté la situación.

Por interno supe que Esteban dio aviso a Carabineros y encontraron el vehículo: Efectivamente era robado y además, habían cambiado las placas para que no hubiese evidencias de que el automóvil era robado. Hasta hoy, agradece que le haya dado el dato que lo salvó de varios posibles problemas.

¡Oh no, me robaron!

Hace varias semanas compré un pasaje en bus para venirme a la casa de mis padres, en La Serena (estoy acá, ¡sorry profe!). Me alistaba para emprender mi camino desde Las Condes al Terminal de buses San Borja en Estación Central, cuando tuve que separar mi equipaje en dos: Un bolso grande y una mochila, ésta última contenía todas mis cosas importantes y de valor, como mi billetera.

Luego de un caluroso viaje en metro, llegué hasta San Borja para tomar el bus. Salí del andén con la mochila puesta, asegurándome que todos los cierres se encontraban abajo y partí hacia el exterior, cual «equeco» (del aimara, dios de la abundancia, una figurita boliviana que siempre carga muchas cosas).

Una vez que crucé todo el mall que conecta al metro con el terminal de buses, me dio sed y decidí comprar una bebida para amenizar mi viaje. Sin embargo, al llegar a pagar, bajé mi mochila de la espalda y ¡sorpresa!, me habían robado. Sin que me diera cuenta y con una cautela que hasta ahora admiro, el ladrón de mi billetera abrió el bolsillo más chico de mi mochila y sustrajo con ella todo lo que respecta al financiamiento e identificación de mi persona: Tarjeta del banco, tarjetas de crédito, tarjeta de coordenadas para hacer transferencias electrónicas, además de mi carnet de identidad, credencial de prensa, licencia de conducir, entre otros cachivaches que uno guarda en una billetera.

Luego del mal rato y 20 minutos a la espera telefónica de que me bloquearan todos los plásticos en el banco, subí al bus con $200 en mi bolsillo, muerta de sed y sin nada que identificara que yo era «Rocío Rivera Elorza». De hecho, hoy en la mañana y ya La Serena, desperté temprano para ir a sacar un nuevo carnet e ir a retirar por caja un poco de dinero para pasar el dieciocho.

Para mi sorpresa, al llegar a casa y a eso de las 16 horas (hace una hora), en mi Facebook había un inbox de una desconocida: «Hola, cómo estai? Oye, encontré una billetera botada ayer en el mall de estación central. Adentro había un carnet con tu nombre, una licencia de conducir (la teni vencida!) y unas fotos. No había plata ni tarjetas. Qué onda, dónde te ubico? Bloqueaste todo supongo, igual si queri la billetera, avísame y nos juntamos! Cuídate y ojalá no te haya pasado nada!»

La gente es buena

Sin duda, ya no vale de mucho que recupere mis cosas -aunque la billetera era nueva y me había llegado de China hace como 10 días- pero con este ejemplo y el de arriba, uno se puede dar cuenta que efectivamente, la gente es buena y hoy, tiene elementos como las redes sociales que pueden hacer que su bondad sea aún mejor. Moraleja, «ayuda para ser ayudado», al menos a mi me funcionó.

Esta entrada ha sido publicada en Comunicación Digital, Movilidad, Periodismo 2.0, Periodismo Ciudadano, Teléfonos Móviles, Twitter y etiquetada como , , , , , , . Guarda el enlace permanente.

2 respuestas a Twitter y Facebook: Redes de ayuda desinteresada

  1. Efectivamente pienso exactamente lo mismo que tú. Las redes sociales se han transformado en resdes de ayuda desinteresada y además de gran utilidad.
    Centrándome en el caso específico de Twitter, es posible encontrar información de distintos tipos, no solo respecto a los robos de auto, sino también a los perros perdidos, a los tacos (normalmente anunciados por twitters de Radio Cooperativa), a los accidentes de tránsito, gente perdida, a los twibbons (causas), etc.
    Sobre este último me gustaría detenerme un segundo. Twibbon es una manera de crear y/o apoyar una causa o campaña mediante tu avatar en twitter. Se trata de un ícono pequeño o logo que es agregado a tu foto de Twitter, para ser visto por todos tus followers. Es un servicio totalmente gratuito, si así lo deseas, porque también existe la opción de «GoPro» en que a través de un método de pago es posible financiar tu campaña.
    Algunos consideran que es una fácil y económica manera de crear campañas virales, o por verlo de una manera más humanitaria: una fácil manera de crear consciencia de diversas causas.
    Este método fue utilizado en nuestro país para la campaña que buscaba frenar la central termoeléctrica en Punta de Choros. En lo personal, creo que fue la primera vez que vi ese pequeño pinguino en un costado de los avatares de la gente que sigo.
    Twibbon comenzó en twitter, pero ahora incluso se ha expandido Facebook.
    Creo que es otra manera de publicitar (aunque quizás no siempre tan desinteresadamente) en las redes sociales.
    ¡Interesante post! Saludos.

    • Sí me acuerdo de esa campaña, tuve el logo en mi avatar de Twitter. De hecho, recuerdo que fui a marchar por el centro de Santiago para que no construyeran la central. Como sabes, soy de La Serena, Punta de Choros queda muy cerca, por lo que con mi familia y amigos siempre vamos de vacaciones o a pasear. Realmente hubiese sido una pena, pero con el ruido que se generó «salvamos» el lugar.
      ¡Saludos, Constanza!

Los comentarios están cerrados.